martes, 27 de noviembre de 2012

RELACIONES DE MOROS Y CRISTIANOS DE LAS ALCUBILLAS


Cumplo con uno de mis mayores deseos y es, sencillamente: subir al Blog de las Alcubillas, la Relación de “Moros y Cristianos,” que todos los años se recitaba el Día 20 de Enero, Fiesta de nuestro”Patrón San Sebastián” para conocimiento de los jóvenes de hoy, y bonito recuerdo de los mayores de ayer. Yo, casi todas sus estrofas las aprendí de memoria, cuando mi padrino de pequeña, me las recitaba con mucha ilusión.

Hace mas de 60 años, quedaron suspendidas debido a la emigración de casi toda esta población a otras tierras, sobre todo a Cataluña, y los mayores que quedaron ya no se vieron con fuerzas, ni medios, para continuar su relato, y es por ello, por lo que animo a los jóvenes a continuar con esa antigua y bonita tradición.

Finalmente, quisiera relatar las personas hoy, ya, desgraciadamente, fallecidas), y que la recitaron en los dos últimos años, que yo recuerde: General Cristiano, Domingo Pérez Pérez, General Moro: Juan Cano Pérez, (Hijo de Isabelelica la de Andrés) eso fue un año y al siguiente de General Cristiano: Ramón Pérez Díaz ( hijo de Aquilino) y de l General Moro: José león Escoriza (El moreno).

Recuerdo a todos, Alcubilleros, o nó, que la Fiesta del Santo San Sebastián se sigue celebrando todos los años; pero sin la Relación. Un saludo a todos.

General Cristiano:
Llegado es el día dichoso
en que con devoto afán,
celebra el pueblo piadoso
a su gran mártir glorioso,
su patrón San Sebastián.

El que en el mundo triunfó
y con valor nunca visto,
doble martirio sufrió
y su excelsa vida dio,
por la fe de Jesucristo.

El que con constancia y celo
combatía el paganismo,
amparaba a los cristianos
y mostraba a los paganos,
propagando el cristianismo,
que la dicha está en el cielo.

El que lleno de riquezas,
socorría con largueza
a los pobres que encontraba
y su fortuna agotaba
en socorrer la pobreza.

El que siendo descubierto
como práctico cristiano,
mandó el atroz Diocleciano,
aquel furioso pagano,
que a pedradas fuera muerto.

Con las carnes destrozadas
tras el martirio tremendo,
de innumerables pedradas,
al Santo caído a tierra,
su cuerpo fueron cubriendo,
con una crueldad que aterra,
las piedras con él lanzadas.

Pero quiso por clemencia
la divina providencia,
que una mujer compasiva,
cristiana y caritativa,
de las piedras lo aliviara
y en su casa lo curara.
Otra vez el Santo sano
y con valor no igualado,
se presenta a Diocleciano
y enfurecido el tirano,
manda que fuera asaeteado.

A un duro tronco amarrado
aquel varón sano y fuerte,
sin piedad martirizado,
fue cruelmente asaeteado
hasta causarle la muerte.

Este Santo milagroso,
por Cristo mártir glorioso,
de virtudes sin igual
y esforzado corazón,
de Alcubillas es el Patrón
desde tiempo inmemorial.

Dichoso el pueblo y el día
que celebra esta memoria,
pues con su fe y este guía
camino está de la gloria.

No sabré citar ahora
los beneficios que en pos
de esta imagen que envía Dios
al pueblo que fiel le adora.
Pero en tesoro tan caro
no es extraño que estéis fijos,
puestos que él es el amparo
y el amor de vuestros hijos.

Por él ,la prosperidad
hace que el rico le sobre
y departa con el pobre
el pan de la caridad.

Por él , religiosa brilla
la virtud acrisolada;
por él,es tan acendrada
la fe en esta heroica villa.
Por él, continuas bondades
del Eterno merecéis;
por su protección os veis
libre de calamidades.

Por su gran misericordia
aquí la ruina no extiende
la miseria, ni se enciende
la tea de la discordia.

Ni el feroz grito de guerra
levanta aquí sus clamores,
ni enluta esta bella tierra
la peste con sus horrores.

En fin, sin número son
sus favores no pequeños;
¡grabadlos, pues, Alcubilleros,
por siempre en el corazón!

Y de este mártir, la palma,
con júbilo enarbolemos,
ya que a su bondad debemos
la salud de cuerpo y alma,

Y en loor de su virtud,
de cristiano dando ejemplo,
llevémosle en triunfo al templo
en prueba de gratitud.

Pero antes, de corazón
odiado nuestros pecados,
roguémosle aquí postrados
que nos dé su bendición
y que oiga esta invocación:

Somos nietos de los nietos que antes
nietos fueron también de otros abuelos,
que fueron su ilusión y sus anhelos,
de ti ser siempre ser devotos constantes.

De aquellos que entusiasta aclamaron
tu excelso nombre por Patrón glorioso,
como Santo ejemplar y bondadoso
y con fervor creciente te adoraron.

Aquí nos tienes a tus pies rendido,
cargados del horror de nuestras culpas,
sabiendo que indulgente las disculpas,
pues somos tus devotos preferidos.

Protege a nuestros padres que perdieron
la juventud en la lucha de la vida;
ruega por los que vieron fenecida
su misión en la vida que rindieron.

Ruegan por los que dieron la existencia
por la Patria en los campos de batalla,
por los que dando el pecho a la metralla la vida les
quitaron sin clemencia.

No dejéis que la tierra que se lleva
el sudor de la frente del labriego,
seque las siembras porque le falta riego,
seque las siembras porque aquí no llueva.

Protege la riqueza que atesora
esta tierra querida en que habitamos,
procura que nos tratemos como hermanos,
en esta nuestra Alcubillas que te adoran.

Bajo tu amparo y protector vivimos,
bajo tu amparo y protección estamos;
guía los pasos que en el mundo damos,
para ser buenos como siempre fuimos.

Y ya cuando nuestra misión cumplida,
llegue el fin de nuestra vida,
acude presuroso a nuestro lado,
perdona lo que hubiéramos pecado.

Bendícenos cual padre cariñoso,
que oye a su hijo suplicarle ansioso;
¡Oye de nuestra alma el anhelo
y llévanos por tu piedad al cielo!
CAPITAN CRISTIANO

¡Cristianos! ¿Juráis a Dios
y prometeis a este Santo
no abandonarle nunca
y si es preciso derramar por él
hasta la última gota de vuestra sangre?

Pues si lo hacéis
Dios os lo agradecerá y premiará
y si no, mereceréis el castigo
como hijos indignos de él.

ALABARDERO

¡Mi general!,
sus órdenes atendiendo,
registrando las montañas
hasta el rincón más pequeño.
La novedad que existe
es haber descubierto
un hombre por el llano
hacia vosotros viniendo.

Pero al llegar al pueblo,
la gran guardia lo detuvo
y en ella se encuentra preso,
¿qué mandas...?

GENERAL CRISTIANO

¡Que a mi presencia
lo conduzcan al momento!
Y con él su comitiva,
mucho cuidado teniendo.

Que se doblen los espías,
que vigilen los senderos
y que mujeres y niños
se vayan donde he dispuesto. ¡Id por él!
y que la embajada
nos relate en el momento.

CAPITÁN MORO

!Alá te guarde cristiano!

CAPITAN CRISTIANOS

¿Que te ocurre ,musulmán...?

CAPITÁN MORO

Tanto yo como los míos,
incluso mi general,
tenemos formal empeño,
nuestro intento realizar.
Comprender debes, cristiano,
que hoy se cifra nuestro afán
en conquistar a ese Santo
a quien llamáis Sebastian
.
Esa joya en que os miráis
y a quien dais adoración,
es preciso nos la deis
sin la menor dilatación.

CAPITÁN CRISTIANOS

Tu pretensión es en vano,
tu audacia raya en locura,
siempre el pendón castellano,
humilló a la media luna.

Antes que logres tu intento
en el campo del honor,
tendrás pruebas de valor
que alientan pechos cristianos.

El Santo no llevarás
sin hacerte ver muy claro,
que es imprudente turbar
la paz entre los cristianos.

Nunca el miedo conocí
y de este Santo ayudado,
he ceñido por laurel
muchos trofeos de mi brazo.

CAPITÁN MORO

¡Te juro por lo más alto
que el santo Alcorán encierra,
que arrasaré vuestras tierras
si no me entregáis el Santo!

No creas en mi presunción
con la victoria al contar,
que frente de mis legiones
soy la lava de un volcán.

¡Cual ella, todos los campos,
aliento de mortandad,
siembro el terror y el espanto
doquier a mi planta está!

¡Soy cual tigre del desierto,
me gusta despedazar
y gozo cuando de sangre
los campos veo regar!

¡Reflexionad lo que os digo!
Mi gente dispuesta está
¡teme mi furia, cristiano!
Cédenos a Sebastián.
CAPITÁN CRISTIANOS

Escusa vanas razones
que nada conseguirás,
puedes aprestar tu gente
y, ¡al combate a razonar!

CAPITÁN MORO

Si la muerte no te arredra,
cual confiesas obcenado;
piensa que pronto esta villa
lanzará al aire sus llantos

CAPITÁN CRISTIANO

Todo lo tengo pensado;
abrevia, pues de razones,
¡moro, en el campo te aguardo!

CAPITAN MORO

Cuando te hablo de victorias
seguras las tengo ya.
Estás cercado, cristiano,
y mi cautivo serás.

CAPITÁN CRITIANO

Tu presunción me incomoda
¡vuelve y di a tu general
que ya siendo sed de sangre
y en él la quiero apagar!

Mis castellanos, cual yo,
también esperan el lauro;
y al lado de esa bandera
sus aceros golpes dando,
recordarán la jornada
del vencedor de Lepanto.

CAPITÁN MORO

Tu orgullo baja, cristiano;
puesto que quieres la guerra,
teme el poder de mi brazo.
Guarda el encontrar con éste,
que está forjado en Damasco.

CAPITÁN CRISTIANO

Guárdate tú de la mía.
Que si no forjó Damasco,
Toledo tuvo por cuna
y su temple es el del rayo.

Así, pues ,ruega a Mahoma,
que en su mansión te haga un lado.

¡Que el tiempo se me hace largo!

CAPITÁN MORO

¡En él serás destrozado!

(Se va el capitán Cristianos)
(Dirigiéndose al General cristiano)
¿Eres tú el bravo caudillo,
que desde las tardes de Berja,
manda las tropas cristianas
hasta las playas vecinas,
y se esconde en estos pueblos
en la guarnición invicta?

GENERAL CRISTIANOS
¡Si!
CAPITÁN MORO
Pues escuchas mi embajada
y la respuesta me dictas.
GENERAL CRISTIANO
Escucho, y dinos en breve
la causa de tu venida.

CAPITÁN MORO

Ha llegado a los oídos
del gran Mohamed el Jalifa,
señor de todas cábilas
que pueblan la barbería.
y por lo dicho de un cautivo
que es de las Alcubillas nacido,
en este pueblo hay un Santo
que mil gracias os prodiga.
Él, da salud al enfermo,
él, los pesares disipa,
él,las lágrimas enjuga,
él, hace amable la vida.

Y a los que en hondas mazmorras
están para que nos sirvan,
él ofrece la esperanza
de romper sus férreas ligas.

Y en virtud de tal prodigio
nuestro señor nos envía,
para que el Santo llevemos
a su palacio enseguidas.

Quiere mirar por sí mismo
si son ciertas las noticias.
Si bien a bien lo entregáis
os daremos en albricias
oro, diamantes y perlas
y tod cuanto,a cambio nos pidas.

GENERAL CRISTIANOS

Basta ya, atrevido moro,
detén tu lengua sacrílega;
yo la muerte te daré
por respuesta a tu misiva.
¿Oro, diamante y perlas ,
vuestro señor nos daría
a cambio de este tesoro
por una acción tan inicua?

¡Infeliz! Di a tu señor
y responde de parte mía,
que aunque fuera de brillantes
esos terrenos que pisas
Aunque el agua fuera plata
y los montes perlas finas,
y el Sultán nos los entregara
todo lo despreciarías.
Porque la religión cristiana,
bienes del mundo abomina,
y es a ganar el cielo
a lo que el cristiano aspira.

Dile que soy caballeros
y la piedad me guía,
no arrancándote la lengua
porque su respuesta digas,

CAPITAN MORO

Pues en tal caso, cristiano,
el gran Sultán determina,
que si a bien no lo entregáis
a batallar te apercibas.

Porque de los moros valientes
no hay quien su furor resista;
pronto será el Santo nuestro
y sus sagradas reliquias,
las alhajas y las ropas,
como botín de conquista.

.




GENERAL CRISTIANO
Vete, moro; vete pronto,
y sabe que si enseguida
no despliegas la batalla,
yo tu soberbia osadía castigaré
y estos campos teñirán
sangre morisca.

CAPITÁN MORO

Soberbios, cuantos débiles cristianos,
que a desprecio toman esta oferta,
huyendo de mis huestes triunfadoras
pronto dejaréis la altiva fortaleza

Porque los alfanjes de las gentes moras
que el dogma del Islam puro sustenta,
no hay quien resista.

¿No recordáis, cobardes,
la batalla de Guadalete,
donde las tropas de Don Rodrigo,
se vieron rodando en turbias aguas,
en la mar revueltas?

Siempre como enemigo implacable,
sangre, maldición, exterminio y guerra,
es lo que guarda el rudo mahometano
en sus cálidas playas agarenas.

Ayer, desembarcamos felizmente en Almería,
ganando Huercal, Pechina y Tabernas,
se entregaron y adelante llevo mis banderas.

Y este pueblo jubiloso no se entrega
porque de patrón tiene a Sebastián
como si otro en la nación no hubiera.

¡Sufriréis el castigo de vuestros actos;
he de llevarlo cargando la cadena,
para que os sirva de bula
lo que hoy es esperanza vuestra!

GENERAL CRISTIANO

Cierra el labio, atrevido moro,
apréstate a la pelea,
o al golpe de las lanzas castellanas
irás corriendo a la africana tierra.

Yo me degrado con estarte viendo;

¡Márchate perro infiel, de mi presencia!
Agradece la vida al parlamento
y que esté la toca blanca por enseña...
¡Que si no...!

CAPITÁN MORO

¿Qué si no?

GERNERAL CRISTIANO

¡Con esta espada, al punto,
te cortaba la cabeza!

CAPITÁN MORO

¡En el castillo nos veremos!

GENERAL CRISTIANO

¡Allí será abatida tu soberbia!

(Se retira el Capitán Moro)

GENERAL MORO

(Entrando y dirigiéndose al General Cristiano)

Alá conserve tu vida!

GENERAL CRISTIANO

¡Dios te proteja y te guarde!

GENERAL MORO

Veinte años ha, que rendidos
por nuestras propias pasiones
e interiores divisiones
que el genio del mal flojó,
Sin caudillos y sin reyes
que a la lid nos condujeran,
nuestra patria nos hicieran,
cobardes abandonar.

Si produnte escucháis
la voz de la conveniencia
y abjuráis de vuestra creencia
que predicó un impostor.
Si os sometéis de buen grado
a las leyes del Islam,
que en el divino Alcorán
nuestro profeta grabó.

Si negado la obediencia
a los Reyes de Castilla,
ponéis vuestra hermosa villa
bajo nuestra protección.

Estas son las condiciones
con que os daré paz cumplida.
¡Meditadlas!

GENERAL CRISTIANOS

¡Por mi vida!
Sella el labio, que no sé
si yo podré conservar
presenciando tu osadía,
la calma que en este día
debo a mi cargo y mi fe.

No medito, no discuto,
una paz que es imposible,
tormento, muerte y sufrir.

La religión sacrosanta
sancionada en el calvario,
desde la cuna al sudario
será nuestra religión.

La Corona de Castilla,
corona que el Orbe acata,
Porque sus ondas de plata
la lleva hasta el confín.

Será la enseña gloriosa
mientras aliente la vida,
que a combatir nos decida
¡hasta vencer o morir!

GERERAL MORO

¡Guerra tendrás, pues la quieres!

GENERAL CRISTIANO

¡Soldados!, ya le oís, es un loco,
es un loco de atar según se infiere;
y el caudillo agareno pide poco:
Patria, Rey, Religión, ¡todo lo quiere!

Ignora quien habla, si;
él no sabe que esta tierra,
en continua y fiera lucha,
prefiere emprender la guerra
si el reto agareno escucha.

Pero él lo sabrás al fin,
la sangre mora,
tinta la villa, dejará este día;

No hallarás compasión, sin paz implora,
puesto que así abusó de la hidalguía
y del deseo de paz que al pecho siente.

¡A las armas, mis amigos,
y de amor inflamados,
a los golpes, destrozados,
quedarán los enemigos!

Nuestra será la victoria;
partid llegad, acometed,
y a la-morisma venced
en el campo de la gloria.

Sus banderas desgarradas
y arrastradas por el suelo,
os mire yo con anhelo,
la media luna pisar.

Esta es la enseña gloriosa
que de vosotros espera,
prometáis a esta bandera,
en solemne juramento
el combatir con valor.

Hacedlo con pecho fuerte,
que es de nobles caballeros
el triunfar con los aceros
o alcanzar gloriosa muerte.

LOS SOLDADOS

¡Lo Juramos! ¡Lo juramos!
GENERAL CRISTIANO

Oyó Dios tal juramento,
conservadlo limpio y puro,
tema el maldito perjuro
de nuestro brazo el tormento.


Tú, compañero querido
que valiente cual el Cid,
a mi lado has combatido.

Tú, que cual fiero león,
siempre en la lucha venciste
y a Almánzor la muerte distes
partiéndole el corazón.

Toma esta enseña sagrada,
oprímela con tu mano
y en el combate cercano
con la victoria sea orlada.

ABANDERADO

Acepto el cargo sagrado
pues jamás fui cobarde
a los peligros, y hago alarde
de ser valiente y honrado.

Tal honor al conferir
a un indigno tu hidalguía,
le obliga, por vida mía,
a vencer siempre o morir.

Ante esa imagen yo juro
ser su defensor constante,
y conducirla triunfante,
doquier con brazo seguro.
Que nunca el nombre español
pudo marchar gente extraña,
pues la bandera de España
es tan limpia como el sol.
Peleando con bravura
con ella seré invencible,
y elevaré, si es posible,
su fama a mayoraltura.


Y si, lo que Dios no quiera
fuere en la contienda muerto,
sobre mi cadáver yerto
hallaréis esta bandera.


Y emblema que trae la gloria
aún así la muerte empeña,
recibo yo como enseña
o la muerte o la victoria.


¡Victoria o muerte,
muerte o victoria,
sea nuestra suerte
siempre la gloria!

GENERAL CRISTIANO

¡A las armas cristianos!
Lucharemos con denuedo y valentía,
que vean con horror los mahometanos
cómo pagan su temerario intento de osadía.

En peligro esa querida imagen
orgullo de este pueblo que fiel le adora,
antes mil veces perder la vida
que verla en manos de la mora.

No deis paz ni reposo al brazo airoso;
yo con vosotros marcharé el primero
con ánimo resuelto y esforzado.

Lance el clarín su ecos guerreros
que con su limpio y penetrante acento,
diga el Cristiano que llegó el momento,
de luchar como nunca hubo memoria
y gritar con valor ¡muerte o victoria !
TODOS


¡MUERTE O VICTORIA.
Juan caleras, El Moreno, Juan el de Andrés,

Sebastian, Santiago, Paco el pielero, Alejandro, Juan el Marranero, Pepe Brijida, 

Juan el Marranero.

Cayetana, Paco el pielero, Maria la Juan Delgado.

Maria la cuestecilla, su hijo Antonio, La Gabilana, su madre y hermano. 
,
Miguel de Anica la de Pedro, Aniquita, Obdulia, y Pedro

Procesión bajando a la rambla,

Procesión del Santo lo lleva Mariquita el curro, y Matilde la Cibilera,

Carmencica, Carmelo, Mariaquita la Granaina, Carmen la pescaera, Camencica, Maria faustino,  
Isabelica la pelá, Cayetana, José Contreras, Juan el de Andrés,
Domingo el guardia, Juan el de Andrés, el Moreno, Juan Caleras. 


Caleras, Domingo y el Moreno

La chatica, Loli cortijo Alto, el Ministro, Ascensión la del cerro, Carmen la pescaera, Antonio Andrea, su mujer, Julia, Antonio Luisico, la Espira, Prima de la pescaera, Manolico la cuestecilla 

Procesión del Santo.








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